miércoles, 1 de mayo de 2019

Sólo hay un Dios - Reza Aslan - Notas y resumen completo, (Capítulos 1 a 6 resumidos por Blanca, 7 y 8 por Jorge)



SOLO HAY UN DIOS –Reza Aslan

CAPÍTULO 1: La religión en la Arabia preislámica

Reza Aslan (RA) señala que los profetas no crean las religiones, sino que las reforman y reinterpretan. Sus sucesores son los que transforman las palabras del maestro en sistemas religiosos. Mahoma pretendía acercar el Dios de los judíos y los cristianos a la sociedad multiétnica de los pueblos árabes, que los musulmanes llaman Yahiliya: “edad de la ignorancia”.

Arabia el siglo VI - El centro de la vida religiosa de la Arabia preislámica estaba en el valle de la Meca, en un pequeño santuario de barro y piedra -la Kaaba-, el cubo, donde residían 360 “dioses” (sirios, egipcios… incluso Jesús y María). Durante los meses sagrados, peregrinos de toda la península arábiga llevaban a cabo el ritual de rodear la Kaaba 7 veces. Creían en su origen bíblico (pág. 13) o en un significado cosmológico.

Los árabes paganos- La palabra griega “Paganus” significa rústico, zafio y fue utilizada por los cristianos para insultar a los que seguían creencias distintas a la suya. RA destaca la diferencia en la Arabia preislámica entre la religiosidad de los beduinos nómadas, centrada esencialmente en preocupaciones inmediatas (un dios que pueda guiarnos al agua) y la de las sociedades sedentarias (como en la Meca), más metafísica, con un solo dios creador Alá y dioses subordinados mediadores con los hombres. Esta fe es lo que se denomina henoteísmo, antecedente de la profesión de fe musulmana: “No hay dios, sino Dios”. Por otra parte no había sacerdotes sino kahins (pág. 16). 

En el resto del capítulo, RA comenta la percepción de otras religiones en la Arabia preislámica:

El judaísmo - Los árabes henoteístas aceptaban que Alá era el mismo que Yahvé, el Dios de los judíos. Ambos pueblos estaban muy integrados e influidos entre sí (pág. 17) y ambos se consideraban descendientes de Abraham.

El cristianismo - Algo similar puede decirse de los cristianos. De hecho la imagen de Jesús fue colocada en el santuario de la Kaaba por un cristiano copto llamado Baqura. Y existen muchas similitudes entre descripciones de la Biblia y el Corán.

El zoroastrismo- Era la religión de los sasánidas (antiguos persas), cuyas fronteras eran protegidas por una tribu árabe. Zoroastro era monoteísta con un dualismo de espíritus opuestos: uno benéfico, (la Verdad) y otro hostil (la Falsedad) que evolucionaron en Ormuz, dios de la luz y Ahrimán dios de la oscuridad.

El hanifismo- Un movimiento monoteísta árabe surgido en el S.VI, según la leyenda (pág. 21). Una fe proselitista que se difundió por todo el Hiyaz (Arabia occidental). Mahoma seguramente la conocía.

En este contexto (siglo VII) apareció el profeta Mahoma, sustituyendo la edad de la ignorancia – un tiempo de depravación moral y discordias religiosas - por un mensaje monoteísta y una moralidad inflexible.

CAPÍTULO 2: El mundo en el que nació Mahoma

La ética tribal- Los beduinos nómadas preservaban la unidad de la tribu mediante un fuerte sentido de solidaridad y un reparto equitativo de sus escasos medios. El responsable era el jeque, elegido por unanimidad como “el primero entre iguales” para encarnar los ideales de valentía, honor, hospitalidad, fuerza en el combate, justicia y dedicación al bien colectivo, protegiendo especialmente a los más débiles. Tenía poca autoridad ejecutiva real pues las decisiones importantes se tomaban por consulta con el qaid (jefe militar) el kahin (responsable del culto) y el hakam (que resolvía las disputas). El recurso jurídico del jeque era la Ley del Talión “ojo por ojo” y nada más. También había “dinero de sangre” para facilitar el castigo (valor de la vida de un hombre libre 100 camellos, mujer 50). 

En caso de discrepancia un hakam pronunciaba una declaración legal, que a lo largo del tiempo originó una tradición jurídica normativa o sunna. Cada tribu tenía sus hakams y su propia sunna. Este hecho y considerando además que los delitos contra personas externas a la tribu no eran delito, hacía complicado mantener el orden inter tribal.

Los coraichitas- Eran la tribu beduina más poderosa establecida en la Meca, a la que pertenecía el clan de Mahoma. Eran los Guardianes del Santuario y controlaban la Kaaba, creando anillos de asentamientos (cuanto más cerca de la Kaaba, más poder). La casa del fundador de la tribu, Qusay, estaba adosada a la Kaaba de forma que para acceder al interior había que pasar por su casa. Cobraba tributos y tenía la autoridad política, religiosa y el poder económico de la ciudad, animando a los peregrinos a comerciar. Todo el terreno era sagrado, neutral y no se permitía llevar armas.............





ANEXO: LA MUJER EN EL MUNDO ISLÁMICO – Por Jorge Hugo Melgarejo (Miembro del Club de Lectura y Debate Galapagar)

En 1700 años de existencia, el mundo Islámico poco o nada ha evolucionado en lo que respecta a la mujer. Por el contrario, ha sufrido una involución y un deterioro de forma permanente con respecto a sus propios orígenes Tanto en su aspecto social, laboral, incluso en el hogar, las cosas no se podrían catalogar como fáciles. Cierto es que en algunos países se dieron tímidos pasos para avanzar, sin embargo, por una mala interpretación del Corán o por una interpretación interesada de la misma, incluso siguiendo directrices de razonamientos mezquinos no ha sido ni es factible que se encaminen hacia una vía de grandes cambios.

Sin lugar a dudas la sumisión obligada a la que es sometida desde la infancia junto a la férrea educación impuesta invocando la religión, juega un papel fundamental para que la mujer admita su humillante papel y en cierto modo lo haga siguiendo conducta que consideran “normal” salvo muy escasas excepciones. 

No es que esto pueda servir de consuelo para el trato discriminatorio llevado a cabo sobre las mujeres en el mundo islámico, lo cierto es que en todas las sociedades y en todos los tiempos se ejercieron sobre ellas un trato vejatorio y de gran presión sobre la posibilidad de un mundo mejor, tan solo por dar un ejemplo podríamos citar a la sociedad China donde según el régimen imperante, esos actos debieron de haber sido erradicado mucho tiempo atrás, sin embargo tan solo 56 años después de la llegada del comunismo es decir en el año 2005 se promulgo la Ley de los Derechos de la Mujer. Es mejor criar cisnes que tener hijas, dice un dicho popular chino.

En el tema que tratamos, es decir la mujer en el mundo islámico se tiende a confundir de manera simplista y de manera casi permanente, Islam, con un mundo exclusivamente árabe, se debe recordar que el mayor de los países en número de seguidores del Islam, es Indonesia y nada tiene que ver con los árabes, es el mismo caso de Afganistán, Irán, Pakistán, kurdos etc. Por la misma razón de confusión, también se pone en la misma bolsa a las ramificaciones del Islam, sunitas, chiitas, con sus variadas y múltiples vertientes, wahhabismo, salafismo etc. desde cuyas concepciones también llevan implícitas algunas diferencias en el tema que nos concierne, sin embargo en esencia, en su concepto, no hallaremos grandes diferencias y aún menos en la práctica.

También se tiende a relacionar los grandes atropellos llevados a cabo sobre las mujeres islámicas con el medio rural y como justificación a las acciones se culpa a la falta de educación en dichas áreas, sin embargo, no es así, existen países islámicos muy desarrollados tecnológicamente y sin embargo el trato de la mujer no difiere para nada de las otorgadas a estas en los medios rurales de países pocos desarrollados. 

Los gobernantes iraníes de manera permanente aseguran que en Irán la mujer ha conseguido avanzar considerablemente en lo que respecta a las mujeres. Algo es cierto, han logrado estudiar y ocupar puestos relevantes en la masa laboral, pero siempre, debiendo de seguir estrictamente las doctrinas islámicas y bajo la atenta y vigilante mirada de los Pashdaran, guardianes de la revolución, con lo que se pretende evitar cualquier fórmula de desviacionismo en lo que respecta a las tradiciones atadas a la religión. De forma discreta y con cierto temor, los jóvenes declaran cuando pueden que ellos no están en contra del Islam, pero de lo que están seguro es de no querer perderse el tren de la historia y desean viajar hacia un mundo más abierto, especialmente en lo que respecta a las mujeres.

¿De quién se protegen o a quienes desean proteger, los líderes religiosos iraníes cuando se las discrimina en un montón de actividades? y como ejemplo, algo aparentemente intrascendente, de ninguna manera hombres y mujeres podrán compartir las horas de las piscinas juntos, debe de ser por separado aunque esto sea apenas algo trivial frente a escabrosos escándalos y así un largo etc. Aunque si se hiciera una ligera comparación de las mujeres iraníes con sus vecinos sauditas, la diferencia sería abismal, En Arabia Saudita, las mujeres, además de portar prendas valiosísimas aunque solo para el lucimiento doméstico, desde hace años lucharon discretamente por algo tan efímero como poder conducir un automóvil, lucha que por fin a dado sus frutos, mínimo triunfo dada la férrea línea impuesta por los gobernantes. El siguiente paso y más importante es la abolición de la obligatoriedad odiosa y denigrante del famoso “guardián”, padre, hermano o marido de la mujer sin cuya autorización difícilmente pueda actuar con un mínimo de libertad.

También aseguran los sauditas que las mujeres han encontrado un espacio en las universidades, es verdad, pero solo para estudiar aquellas carreras compatibles por los que ellos entienden, con su condición de mujer, por ejemplo medicina y solo para ejercerlos a su vez en el tratamiento a mujeres.

Mucho se habló del trato cruel llevado a cabo sobre las mujeres por el talibán, la milicia radical y religiosa de Afganistán, donde desde el comienzo de su régimen nefasto llevó un ataque feroz sobre ellas, en el nombre de una interpretación alocada de la religión que hasta a sus vecinos iraníes alarmó.

Fue tan terrible que apenas se vieron mujeres por la ciudad en aquellos días, porque no se les estaba permitido caminar por las calles y caso de hacerlo, solo podría ser, acompañadas de un hombre, padre, marido o hermanos, como gran parte de ellas habían perdido en la guerra a los familiares directos, estaban condenadas al más triste de los encierros y por supuesto, no se les estaba permitido trabajar fuera del hogar y con ello se frustraba cualquier posibilidad de conseguir algún dinero para su sustento.

Pusieron en práctica el purdah hasta extremos terribles, el purdah es el señalamiento obligatorio de la ocultación femenina que prohíbe a la mujer ser visibles a los ojos masculinos, acción ésta ejercida en prácticamente todo el mundo musulmán, tampoco compartir actos ni acontecimientos excepto con familiares directo, la transgresión de las normas pueden conllevar el crimen de honor, y nada de dichas normas es atribuible expresamente a ningún movimiento radical, existe en el islam desde sus comienzos. A pesar de que genere discusiones al respecto. 

Bien es cierto que la utilización del burka, prenda con las que se tapan íntegramente con apenas unas pequeñas rejillas para facilitar la visión, no se puede atribuir expresamente al talibán, las mujeres del medio rural, la mayor parte de ellas siempre las llevaron, lo que sí hicieron los talibán es institucionalizarlos y obligar a que todas las llevaran.

Las niñas podían estudiar hasta los 8 años y solo el Corán.

Pakistán donde una buena parte de la población es educada, muchas de las reglas religiosas o por lo menos atribuida a ésta es seguida con rigor, basta con observar este ejemplo, en todos los restaurantes existen pequeños salones reservados para aquellos hombres que acuden a ellos con su esposa o miembro femenino de la familia, ¿la razón? En esos salones ella puede prescindir del shador y dejar al descubierto su rostro y cabellera sin la presencia de hombres. En el caso de Pakistán es imprescindible diferenciar las variadas regiones, no siendo ni el comportamiento ni el trato igual en las regiones fronterizas con Afganistán, predominantemente zonas pashtún o Irán que en las regiones del Punjab o cercanas a la India. Por todo ello tal vez fue una gran pérdida la muerte de Benazir Butto que llegó a ocupar por dos veces el cargo de Primera Ministra y se esté de acuerdo o no con la política que desarrolló, una cosa es cierta, en un mundo donde gran parte de la población es partidaria de la radicalidad religiosa, no fue fácil que una mujer ocupara el más alto puesto político del país y de que no fue fácil se ha demostrado en su final, murió en un atentado. Ciudadanos liberales sin embargo le censuraban el haber contraído matrimonio por el rito ancestral, que sus padres escogieran al candidato para la boda. 

Prolifera la prostitución solapada y así en fiestas privadas sobretodo en despedidas de solteros de personajes adinerados se contratan músicos y mujeres que bailan de manera sensual y el hombre solo podrá bailar con ella incluso acariciar sus manos o mejilla siempre que vaya arrojando billetes sobre el cuerpo de ella acción que aprovecha para el toqueteo, un personaje clave es quien recoge el dinero caído al suelo y lo entregara a quien dirija al grupo, el asunto llegara a más pactando con el jefe del clan, el alcohol expresamente prohibido en el islam forma parte de la liturgia, es la famosa y secreta conocida como danza del dinero, solo al alcance de unos pocos donde el cinismo y la hipocresía reemplaza a la religiosidad encerrando a la mujer en un cumulo de aún mayores humillaciones. 

Son tantas las formulas esgrimidas por una sociedad absolutamente machista para discriminar, y en algunos casos torturar a las mujeres que observando las leyes sin necesidad de adentrarse en ellas se pueden ver que ya desde los propios estamentos del Estado, se promueven estas acciones incomprensibles en un mundo civilizado.

Es bueno para la comprensión enumerar aunque solo sea de manera superficial algunas de las leyes imperantes en la mayor parte de los países islámicos, por ejemplo; existe el divorcio, pero esto solo favorece al hombre que puede divorciarse cuando él lo desee, mientras que la mujer debe de cumplir por lo menos con siete requisitos y poder demostrarlo, entre otras, ser abandonada por el marido, tener un esposo adicto a cualquier forma de drogas o demostrar que es impotente etc. Y para que su declaración tenga un cierto valor jurídico debe de ser acompañada por otra mujer, es decir que su declaración vale solo la mitad que la de un hombre.

La crueldad llega a limites insospechados cuando se trata de una ejecución, el hombre jamás podría ser ejecutado cometiera el delito que fuere, si aún no ha cumplido los 18 años, sin embargo las mujeres con que hayan cumplido 9 años podrían ser ejecutada.

Aportar el dinero para evitar la ejecución invocando el tristemente famoso derecho de sangre, es otra acción incomprensible, a un hombre le cuesta la salvación la mitad que a una mujer.

Son tan largas las atrocidades cometidas en nombre de la religión que sería una lista interminable y si a esta se unen las tradiciones étnicas aún mucho más, y de estas la más terrible y abominable sin lugar a dudas es la oblación, llevadas a cabo, aún hoy en un buen número de países.

Posiblemente una de las sociedades más avanzadas en cuanto al trato de la mujer ha sido la sociedad árabe palestina, donde por lo menos en las ciudades la mujeres tuvieron un mayor signo de independencia y no tan discriminada, aunque algunas normas tales como las de concertar matrimonio se siguieron utilizando, las viejas tradiciones sin embargo debido al conflicto se volvieron a poner en práctica, invocando normas islámicas, ya que es más fácil manejar a la población desde las riendas de la religión. En los últimos años, las cosas han cambiado, especialmente en Gaza donde los islamistas de Hamas han impuesto su ley y con ello también reactivó el integrismo religioso, en parte porque así lo creen y de otra parte porque les producen jugosos dividendos por parte de los ricos países petroleros que apoyan su lucha y con ello también la modernidad esgrimidas por las mujeres se fueron apagando paulatinamente.

Sin lugar a dudas el mayor progresismo de la mujer en un mundo islámico es la desarrollada entre kurdos donde el cubrirse los cabellos solo es una opción decidida por quienes lo deseen y de una forma tradicional el baile entre hombres y mujeres es algo habitual y también participan activamente en temas culturales y luchas políticas incluso guerrilleras por lo que los radicales temían enfrentarse a ellas porque según su concepción recalcitrante del islam, aquellos hombres que mueren en combate a manos de una mujer les está vedado el paraíso. 

Los hombres de los países islámicos, sin embargo, en su afán por intentar lavar la imagen, dan rienda suelta a su imaginación y aseguran que las mujeres son libres para todo movimiento, pero en realidad cuando hacen esas afirmaciones están hablando exclusivamente de las relaciones dentro del hogar, donde según ellos son las que llevan las voces del mando. Hasta en esa actitud, lo preconizado por ellos es un fraude, porque a partir de que la religión les permite tener cuatro esposas, eso sí, siempre que pueda mantenerlas, ya nada puede tener ni tanta lógica y ni ellas ejercer ninguna libertad dentro del hogar por lo que hombres y sociedad entran disparatadamente a ocupar su espacio dentro de la falacia del falso dilema con la que intentan justificar tan deplorable actitud.

“Hombres y mujeres necesitamos reconocernos mutuamente para lograr un equilibrio” así promueve la relación con las mujeres el mundo Sufi que es la forma de espiritualidad dentro del islam, el respeto y reconocimiento entre los seres humanos sin distinción de sexo o de condición social, que preconiza el Corán, en el sufismo es en la única rama del islam en la que verdaderamente prevalece esta actitud, en su vertiente Mevlevi las mujeres han sido siempre muy respetadas y de hecho la rama tariqa a quien se reconoce mundialmente por su danza, el Sema donde los derviches giran sobre sí mismo hasta lograr el éxtasis, en sus comienzos hombres y mujeres danzaban juntos luego irían disgregándose para que en la actualidad finalmente fueran aceptadas las danzas mixtas y cada 30 de septiembre y 17 de diciembre se puede observar dicho acontecimiento fundamentalmente en Turquía y Sudán. La reunión multitudinaria de sufistas realizada en Sudán y que congrega adeptos de todo el mundo suele ser un espectáculo de amor y solidaridad entre hombres y mujeres no importando la connotación religiosa, asunto que me consta por haber participado en ella. Todas estas connotaciones llevaron a que el sufismo por presiones radicales no fuera reconocido hasta épocas recientes como una rama del Islam-. 

Son tantas las discriminaciones que enumerarlas y explicar el trasfondo puede llevar décadas, las mismas que serán necesarias para que las escasísimas mujeres que combaten por una parcela de libertad, en el mundo islámico puedan desarrollar sus inquietudes, por eso tal vez para alejar de la sociedad un mundo más lleno de vergüenza que de alegrías, se necesita la colaboración de todos aquellos que desde posturas menos intransigente pueda abrir los ojos y con acciones solidarias puedan al mismo tiempo unirse para desterrar tan abominables actitudes.

La solución está en manos de todos.


Firmado: Jorge Melgarejo




ANEXO: LA MUJER EN MARRUECOS – Por Francisco Serrano Alonso (Miembro del Club de Lectura y Debate Galapagar)

pacobolero@hotmail.es
Tánger, abril de 2006

INDICE 

Mujeres con velo, imágenes veladas 
La leyenda del harén
Situación social de la mujer en Marruecos 
       - Mujeres sometidas: un supuesto demasiado simple para ser real
       - La mujer es de la casa y el hombre de la calle
       - Ambas partes dependen una de la otra en igual medida
"Mujeres en Marruecos" de Yolanda Aixselá
       - Contra el victimismo feminista
       - Lo femenino no es lo meramente biológico
       - El problema de la mujer marroquí [...] es igual al de las demás mujeres del mundo 
       - Y finalmente,
La visión de Malika Abdelaziz 
Marruecos a través de sus mujeres 
       - El auténtico problema de la mujer en Marruecos es ganarse la vida 
       - La mujer ante el matrimonio 
Las mujeres, fermento activo de cambio en las sociedades magrebíes 
       - La mujeres y la demografía en Marruecos 
       - La importancia de la cuestión femenina 
El drama de la calle Allal ben Abdallah de Tánger 
La fille de la nuit - La joven de la noche
Un amigo de Tánger
Participación de la mujer marroquí en la lucha por la independencia 
Y para acabar, un chiste de Forges

Mujeres con velo, imágenes veladas

Esta recopilación de textos realizada durante una de mis estancias en Tánger (Marruecos) tiene el objetivo de dar elementos para superar la imagen estándar, uniformizada y codificada que se tiene de la mujer marroquí. Se opone a la visión dominante y a la imagen velada que la sociedad occidental, la española en particular, echa sobre la mujer árabe, añadiendo un velo ideológico al real.

Se habla de la mujer árabe (e islámica en general) con un grado de abstracción que impide comprender la situación de la mujer en estos países. No es lo mismo la situación de la mujer en los países árabes de la cuenca del Mediterráneo (Túnez, Argelia y Marruecos, por ejemplo) que en los países del Oriente Medio (Afganistán, Yemen) y Lejano Oriente[1] (Indonesia, Filipinas, Ceilán, por ejemplo). 

Ya dentro de Marruecos, no es lo mismo una mujer del campo que una mujer de la ciudad, no es lo mismo una mujer bereber que una mujer marroquí no bereber. No es lo mismo la mujer bereber del Alto Atlas la del Rif o del Medio Atlas. No es lo mismo una mujer árabe con estudios que una mujer analfabeta. Influye también el diferente grado de adhesión de cada mujer o de su familia con la religión y con las ideas políticas. Finalmente, no es lo mismo una mujer rica que una pobre. 

Además, hay que tener en cuenta la rapidez de la evolución social de estas sociedades, concretamente la de Marruecos. No hay más que comparar la situación y mentalidad de la mujer española en los tiempos de Franco, hasta la década de los años setenta, con la actual, para reconocer cambios importantes. Igual pasa en Marruecos: hay un proceso muy rápido de cambio hacia lo que allí se llama la "modernidad", es decir, las formas culturales occidentales (las más formales y accesorias, por supuesto), pero también nos encontramos con la pervivencia de mentalidades de mujeres que han vivido la colonización, el proceso arabizador de los tiempos de la descolonización y el proceso modernizador-occidentalizante actual, por no hablar ya de la época anterior a la colonización. Culturalmente, en Marruecos se da una lucha entre la "modernidad" y la "tradición", de la que esta última sale en general, bastante malparada.

Es decir, se trata de una sociedad no homogénea, multiforme, en la que las simplificaciones no sirven para el análisis. Estos textos que hemos seleccionado no pretenden desmentir la situación peor o mejor de la mujer en Marruecos, sino promover el análisis de las cosas, la investigación personal y el intento de trascender los datos inmediatos que nos llegan.

También se pretende dar a conocer a mujeres (en general, con un grado mayor o menor al feminismo) que se han ocupado de este tema desde una perspectiva interna a las propias sociedades árabes, no eurocéntrica. 

La leyenda del harén

El siguiente texto figura en la casi oficial y nada sospechosa "Guía de Marruecos y de Túnez" de la editorial El País-Aguilar y va al grano directamente:

       Por razones estrictamente económicas, los magrebíes tienen hoy en día, en general, una sola esposa, y tienen además la sensación de que es más que suficiente. Ello no quiere decir que solamente resida una mujer en el hogar, ya que es probable que el cabeza de familia sea responsable de su madre viuda y, a veces, de su suegra. Naturalmente, tiene una o varias hijas, y considera normal que una o dos tías carnales suyas residan en su casa, mientras que sus hermanas viven con él hasta que se casan. Salvo alguna rara excepción, prácticamente ninguna mujer vive sola, y apenas se tiene noticia de que las mujeres de edad avanzada mueran solas y sumidas en la pobreza, al contrario de lo que tan a menudo sucede en los países industrializados.
       [...]
       Según otra errónea concepción, bastante extendida por cierto, las mujeres se han visto relegadas a un rango inferior dentro de los países islámicos, ya que los hombres, muy dominantes, gobiernan a sus anchas un mundo compuesto por seres semienclaustrados que les deben obediencia absoluta. No puede decirse que esto sea verdad hoy en día, y probablemente nunca lo haya sido. La mujer del Magreb tiene hoy perfecta conciencia de cuál es su papel dentro de la unidad familiar y dentro de la sociedad, e incluso dentro de la nación, al tiempo que sus propiedades personales están protegidas por la ley.

Sobre este tema habla también Malika Abdelaziz, periodista argelina que vive en España desde 1994. Fue miembro del Consejo Consultivo constituido bajo el breve mandato del presidente M. Abudiaf y actualmente trabaja en Madrid en la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de España (ATIME). 

Sobre la "leyenda del harén" nos indica lo siguiente:

       Posiblemente en siglos pasados y en el seno de la nobleza urbana y de las castas feudales agrarias magrebíes existían mujeres que respondían a la ficción patriarcal y a la construcción jurídica que en la actualidad intenta perpetuarlas como sujetos dependientes: hijas tuteladas, esposas, madres improductivas, que son ubicadas en espacios endogámicos y bajo control, como el hogar privado, el territorio del clan, de la comunidad, de la soberanía nacional...

       Pero en esa lejana realidad histórica, la construcción de género no fue en su conjunto así. Campesinas, artesanas, comerciantes, sirvientas, poetas y artistas, rebeldes y refugiadas, cautivas y enamoradas, han sostenido, mezclado y estructurado en su largo y tumultuoso pasado las sociedades magrebíes contemporáneas.[2]

Más adelante, volveremos a retomar la opinión de esta analista argelina.

Situación social de la mujer en Marruecos

A continuación, presento varios pasajes de la excelente obra "El árabe marroquí: aproximación sociolingüística"[3], de Bárbara Herrero Muñoz-Cobo.[4]

Este libro relaciona el habla popular de Marruecos con las características sociales del país y se basa en entrevistas realizadas a un grupo de mujeres. Aunque las personas entrevistadas son de Tetuán, reflejan en buena medida el sentir general de la gente en Marruecos. La autora conoce de primera mano las características y la lengua popular dominante en este país (árabe marroquí).

Mujeres sometidas: un supuesto demasiado simple para ser real [5]

       La idea apriorística que sobre la mujer musulmana se tiene es, salvo excepciones, que ésta se encuentra anulada y sometida en una sociedad fuertemente patriarcal. En nuestra opinión, éste es un supuesto demasiado simple para ser real. La mujer tiene en Marruecos [...] una posición social distinta, pero no siempre de un rango inferior, a la del hombre. Ambos, hombre y mujer, viven en Marruecos dentro de una estructura social que los discrimina, los diferencia y segrega mutuamente. No se trata, pues, de segregación exclusiva y excluyente de la mujer sino también a la inversa: el hombre está, en nuestra opinión, tan excluido del mundo femenino como la mujer lo está del masculino.

       Entre los autores partidarios de esta hipótesis se encuentran, por ejemplo, Webster, Sh. (1984: 256) que habla del "poder en la sombra" o mejor "poder velado" ("veiled power") de la mujer o Baffoun, A. (1982: 240) que enfatiza la importancia de funciones femeninas como: "the important place occupied by women in forging family alliances, or in the exercise of magical powers such as those of withcraft and fortune telling or in traditional medicine"[6]. Sayigh, R. (1981: 270) ha enfatizado por su parte el poder de las mujeres en la creación de los sistemas de alianza ("the major work of maintaining community social relations falls on women"[7]). Desde otra perspectiva, Mernissi, F. ha insistido en la situación de indefensión de ambos sexos en la dinámica social marroquí[8].

La mujer es de la casa y el hombre de la calle [9]

       Como tantas veces se ha apuntado en la literatura, la estructura dual de la sociedad islámica está constituida por dos esferas diferentes y complementarias: el ámbito de lo público y el de lo privado, lo "aam" y lo "jass" respectivamente. La bibliografía referente a la mujer en el mundo árabe islámico señala, acertadamente en nuestra opinión, el dominio masculino en el ámbito público y la consiguiente pertenencia de la mujer al ámbito de lo privado.

       Son dos esferas distintas: la casa y las fiestas rituales por un lado[10], y la calle, por otro. Lo interior y lo exterior, la familia y lo desconocido, la seguridad y el peligro, lo permanente y lo mutable de la dinámica social corresponden a los mundos femenino y masculino respectivamente. 

       Pero no son áreas de actuación que, por definición, se encuentren siempre en orden jerárquico. Ambos, hombre y mujer son sujetos pasivos (en cuanto que lo padecen) y activos (en tanto que con este comportamiento refuerzan su permanencia) de la rigidez de la estructura social basada en la separación de papeles que, insistimos, no siempre es vertical. Y decimos "no siempre", pues no podemos negar que hay una serie de ocasiones en las que la desigualdad jerárquica entre hombre y mujer es flagrante, aunque enfatizaremos, para compensar, las asimetrías que no implican superioridad masculina por considerar que es un aspecto que a menudo ha sido obviado.

       De hecho las mujeres son las primeras que contribuyen a mantener este estado de cosas. Buena prueba de ello es el siguiente fragmento extraído de nuestro corpus[11] (informante 17):

       a: "no es bueno que el hombre permanezca en casa"
       b: "¿por qué?"
       a: "porque tiene que hacer los recados"
       b: "y ¿si ya los ha hecho?" ("si no tiene nada que hacer") 
       a: "tiene que estar con los hombres, la mujer es de la casa y el hombre de la calle".

       [...] El hombre es tradicionalmente el encargado de hacer los recados, incluida la compra diaria en el ámbito del "suq"[12] del que, junto con otros, como la mezquita, la mujer está parcialmente excluida; el hombre, que acude a la casa para sus necesidades básicas (la comida, aseo, siesta, dormir,) es a menudo excluido de las tertulias que se mantienen en el seno de su propia casa y ha de volver al ámbito que le corresponde. En cuanto una mujer ajena a la familia entra en la casa, ésta, la casa, se convierte automáticamente en lugar inadecuado para él. En ocasiones, simplemente con que las mujeres de la casa decidan bailar o tener conversaciones "típicamente femeninas", el hombre se siente fuera de lugar y, generalmente, desaparece de la escena.

Ambas partes dependen una de la otra en igual medida[13]

       Por lo que respecta a las opiniones en decisiones de trascendencia, como la elección del cónyuge para algún miembro de la familia, suelen generalmente partir "cruzadas", es decir: la decisión suele partir de las mujeres (madre y hermanas), si se trata de "buscarle" mujer a un hombre o del padre o hermanos si se trata de buscar un hombre a una mujer o de "dar su aprobación" a las propuestas que se produzcan pidiendo su mano.

       [...] Resumiendo, la separación entre el mundo femenino y el masculino es un hecho en Tetuán. No obstante, creemos que más que tratarse de una división jerárquica de funciones, es, en muchos casos, una separación horizontal en la que ambas partes dependen una de la otra en igual medida.

       [...] Hombres y mujeres tienen una función social distinta y bien delimitada, que condiciona claramente sus ámbitos de acción. Si bien es cierto que en algunos aspectos la desigualdad se basa en una supuesta superioridad masculina, no siempre es así: la toma de decisiones, la imagen social y las funciones cotidianas están basadas en un intercambio codependiente.

"Mujeres en Marruecos" de Yolanda Aixselá

Esta interesante obra sociológica[14] se basa también en encuestas, a fin de descubrir determinados aspectos de la realidad de las mujeres marroquíes. 

       "Para este estudio se han analizado y sistematizado 60 [entrevistas], de las cuales, 41 corresponden a árabes y 19 a beréberes. [...] Un gran número de estas mujeres viven en Casablanca, aunque otras residen en Rabat, Salé y Mohamedia" 

nos dice la autora. El libro es el resultado de su tesis doctoral, presentada en el Departamento de Antropología Social de la Universidad de Barcelona en 1999, dirigida por Mary Nash, catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona. El aparato de citas bibliográficas y de consulta manejado por la autora es impresionante. El aparato de citas bibliográficas y de consulta manejado por la autora es impresionante.

Contra el victimismo feminista

Una de las críticas que realiza la autora, así como la propia Mary Nash en el Prólogo[15], se refiere a la aproximación victimista o dramática de muchos estudios de la condición femenina, sobre todo la de los países árabes, enfoque que, asegura, no tiene en cuenta la capacidad de resistencia y de reajuste que despliegan las mujeres en las sociedades patriarcales:

"Superando la visión victimista de la dinámica histórica de las mujeres, la autora nos acerca al complejo mundo de las estrategias de resistencia de las mujeres [...] Este estudio pone de relieve la capacidad de actuación social de las mujeres y se plantea las opciones existentes en el contexto del mundo urbano en el cual se mueven [...]

Frente al predominio del etnocentrismo de algunos estudios que suelen limitar las manifestaciones del movimiento de las mujeres o del feminismo al mundo occidental, este libro pone de relieve la presencia y el desarrollo de un movimiento de mujeres [...] el movimiento de mujeres en Marruecos ha movilizado a las mujeres por cuestiones culturales, sociales y políticas. Las mujeres marroquíes han diseñado su propia formulación del feminismo a partir de su experiencia colectiva y su aprendizaje histórico. Han generado estrategias colectivas, respuestas y exigencias diversas desde un movimiento heterogéneo y plural cuya diversidad refleja también la complejidad de la propia sociedad marroquí". 

Esta investigación pondrá de relieve las importantes aportaciones que las mujeres han venido realizando a su grupo de parentesco, y las estrategias cotidianas que han desarrollado para transformar su entorno social. Se trata de una participación social femenina que la definición de patriarcalidad utilizada por los investigadores del parentesco en el Magreb no permitía percibir. Esa patriarcalidad implicaba jerarquización y relaciones de poder entre los sexos, significaba la total subordinación de las mujeres a los hombres y ocultaba los reconocimientos sociales que recibían las mujeres por participar de la estructura familiar (derecho a dote, derecho a herencia, derecho a ser mantenidas...).[16]

Por ello, se propone como alternativa a la definición de las estructuras de parentesco árabe y bereber desde la patriarcalidad, la opción de constatar que se ha desarrollado una interpretación androcéntrica del parentesco de árabes y beréberes: el objetivo es suavizar la jerarquización de los sexos y poner de relieve unos poderes femeninos que son reconocidos por la totalidad de la sociedad marroquí.[17]

Desde esta investigación [...] se valorarán los reconocimientos sociales que reciben las mujeres, acotados por esa interpretación androcéntrica, y sistemáticamente ocultos tras la interpretación patriarcal del parentesco marroquí.[18]

[...] a pesar de que las mujeres estén aparentemente supeditadas a lo masculino, en sus prácticas han establecido sus propias estrategias de poder.[19]

Una de las primeras percepciones que se han extraído de las entrevistas con mujeres marroquíes es que ellas resuelven los problemas cotidianos a través de sus propias estrategias sociales y de sus esferas de poder. [20]

De hecho, la mayoría de los trabajos se aproxima a este grupo [la mujer en el mundo árabe] desde una descripción «de la situación de la mujer» cargada de victimización y dramatismo[21]

Yolanda Aixelá critica la posición victimista occidental con estas palabras:

En cualquier caso, la perspectiva que muchos toman [...] facilita un discurso jerarquizador entre hombres y mujeres, en el que éstas van a estar sujetas a los deseos e intereses de los hombres: se trata de un enunciado sin fisuras que no contempla (ni le interesa) las aportaciones de las mujeres a la sociedad musulmana y que evita (porque no puede explicarlo) las realidades femeninas que no cumplen con su modelo de dependencia y objeto sexual.[22]

Muchos de los defensores de este discurso son, en parte, los causantes de esa colectivización que ha encorsetado a las mujeres musulmanas bajo el estereotipo de mujeres veladas, maltratadas y dominadas por los hombres, enunciado de gran interés para un Occidente ávido de intervenir en la transformación de las sociedades musulmanas del Magreb. [...] En cualquier caso, la propuesta que se realiza en esta investigación dista de esta perspectiva dado que renuncia a la victimización de las mujeres para resaltar su protagonismo histórico en la sociedad marroquí.[23]

A este respecto, la autora elogia la posición del autor español Emilio de Viguera en un trabajo realizado allá en 1949[24]:

Nuestro interés en este trabajo reside [...] también en su intento de desdramatizar la imagen velada que se tenía de estas mujeres en España: «El problema de la mujer marroquí, si es que existe, sigue de cerca al de la mujer española y es igual al de las demás mujeres del mundo».[25]

Es decir, como se verá más adelante, el problema básico de la mujer marroquí es como el de todas las mujeres del mundo: cómo ganarse la vida en un mundo hostil para la gente humilde.

Y finalmente, …

Finalmente, quiero transcribir aquí las emocionantes palabras con las que Yolanda Aixelá termina su libro, llenas de reconocimiento hacia la capacidad de actuación de las mujeres marroquíes de nuestros días:

En definitiva, a lo largo de esta investigación se ha procurado romper con la percepción de que las mujeres marroquíes eran mujeres dominadas por los hombres, personas sin capacidad para cambiar su realidad social. El objetivo final ha sido mostrar la notable participación y capacidad de transformación que las mujeres tienen en la sociedad marroquí de finales del siglo XX y comprender así a las mujeres del Marruecos del siglo XXI.[26]

La visión de Malika Abdelaziz

En su ya citado artículo[27], Malika Abdelaziz se aparta también de la visión victimista de la mujer árabe y sitúa el problema en su verdadera dimensión, la lucha por la transformación de la sociedad (los subrayados son míos):

[...] jamás las mujeres han impuesto su presencia como lo hacen hoy en el Magreb: irrumpen en el escenario político, en las calles, en las agendas de los partidos y gobiernos, constituyen la mayoría del reciente movimiento asociativo, de la sociedad civil que busca afirmarse, desde finales de los ’80.

La historia corrige esta impresión de brusca incursión de las mujeres en el ámbito político, mostrando que han estado presentes en todas las resistencias populares a la ocupación colonial (más de 130 años de colonialismo francés en Argelia, protectorado francés y español en Marruecos, y protectorado francés en Túnez) y que han asumido un papel esencial en los procesos de descolonización del Magreb. 

Aparecían invisibles, ocultas tras el velo tradicional —estéticamente diferente del hijab de ahora, este velo ha sido politizado por el actual islamismo político— y dirigidas por los hombres que tenían el mando. Pero, y particularmente cuando se trata del mundo árabe, hay que recordar que la invisibilidad de las mujeres no es ausencia y, aún menos, inutilidad. Producen, crean, desarrollan sus medios de expresión, de presión y de poder; eso sí, en una sociedad que las desvaloriza y las teme, al mismo tiempo que se obsesiona por su control y por el intento de perpetuar el desarrollo separado de los dos sexos. [...] 

Pero las mujeres [...] no han podido imponerse significativamente en terrenos políticos, ocupados por los diferentes poderes hegemónicos que han gobernado y siguen gobernando la región. Tampoco han logrado verdaderas rupturas con demonios del pasado, como la falta de autonomía de sus movimientos, la atomización de sus fuerzas, la confrontación entre sus respectivas y frágiles estructuras organizativas...

Ahí está el auténtico velo, el problema real de la mujer árabe, "igual al de las demás mujeres del mundo", como decía el viejo arabista español: la concienciación, la organización, la inserción en los movimientos de liberación y transformación social y en especial, como termina diciendo Malika, "la falta de autonomía de sus movimientos, la atomización de sus fuerzas, la confrontación entre sus respectivas y frágiles estructuras organizativas".

Marruecos a través de sus mujeres

El libro "Marruecos a través de sus mujeres"[28] de Fátima Mernissi presenta una selección de entrevistas sociológicas, a partir de unas cien, realizadas por la autora desde 1970 entre mujeres de Marruecos. El libro se escribió en 1986 y se editó en España en 1990.

Fátima Mernissi nació en Fez, en 1940, dentro de una familia burguesa, y fue educada por mujeres analfabetas en el harén familiar. Actualmente, Fátima Mernissi es doctora en Sociología y profesora universitaria. Consultora de diversos organismos internacionales (BIT, UNESCO), durante los últimos quince años ha llevado a cabo trabajos de investigación sobre la mujer y el Islam. Es autora de los ensayos "Sexo, ideología e Islam", "El harem político. El Profeta y sus mujeres", "Saharazad no es marroquí" y "Sultanas olvidadas".

Ante la imposibilidad de dar ni siquiera una idea aproximada de la riqueza de datos que contiene el libro, hago un extracto de las conclusiones de la propia autora en el largo “Prefacio” de su obra, relacionadas con el tema que nos ocupa: la visión de la mujer árabe en nuestras sociedades occidentales. 

Hay tres ideas importantes en los textos seleccionados: 
  • la obtención de recursos económicos es el problema fundamental de la mujer marroquí; 
  • tanto el hombre como la mujer se enfrentan a un mundo de gran dureza en cuanto a la obtención del sustento; 
  • la mujer marroquí no se resigna a que le busquen marido sin su participación activa. 


El auténtico problema de la mujer en Marruecos es ganarse la vida[29]

Según el discurso masculino más sonoro [...] los problemas y las luchas que fundamentan la vida de las mujeres y la configuran serían los problemas y las luchas por ser amadas y deseadas por un hombre que, evidentemente, tenga con qué pagar y sacar partido de la mujer-cuerpo que, en ese discurso, asume un indiscutible valor de mercancía. La belleza y la sexualidad, en el sentido estricto de seducción, serían los polos más importantes de la vida de la mujer.

Pero parece que el Marruecos de las mujeres es una tierra en la que las luchas y los problemas son muy diferentes. [...] su vida se centra en la lucha por el pan, por el salario y por unos ingresos, aunque éstos sean mínimos. 

En el Marruecos de las mujeres, ganarse la vida es la preocupación esencial de los seres humanos y la razón de su existencia. Las mujeres, ante todo, se sienten agentes económicos, fuentes de riqueza, de energía y de trabajo, en lucha incesante contra la pobreza, el paro y la inseguridad.

[...] la mujer improductiva y recluida sólo ha existido en la realidad histórica marroquí en casos muy excepcionales. No deberíamos olvidar que la historia de Marruecos, hasta hace muy poco, ha sido la historia de un país minado por el hambre, las epidemias y las luchas intestinas. En el Marruecos histórico y real, las mujeres de las masas campesinas, que constituían la mayoría de la población, no han podido nunca ser mantenidas por sus maridos, sino que siempre han tenido que trabajar muy duro.

[...] Las entrevistas revelan, en efecto, que, en las clases de rentas modestas, el marido está, a menudo, física y económicamente ausente. El paro y la emigración hacen que sus hijos no puedan contar con él para nada.

[...] El acceso al espacio, el acceso al empleo y a la educación son algunos de los terrenos en los que la condición femenina ha registrado rupturas fundamentales. El espacio, el empleo y la educación parecen ser los campos en donde las luchas que agitan a la sociedad y, especialmente, la lucha de clases, se despliegan en la vida de las mujeres con mayor evidencia. 

[...] El hombre, marido o padre, no logra proteger a la mujer contra su entrada precoz en la vida activa, ni contra la emigración y los riesgos que conlleva, ni contra el paro y la explotación furibunda de los patrones. Las vicisitudes del sector agrícola, las luchas en torno a la tierra y a su propiedad, de las que el campesino sale siempre perdedor (según el discurso femenino), repercuten directamente en la vida de las mujeres. En su discurso, los hombres son antihéroes, exactamente igual que las mujeres, seres acogotados por las fuerzas destructivas que desestabilizan el mundo rural. La sequía y la disminución desenfrenada de las tierras de las que dispone la familia reducen a hombres y mujeres a buscar, en un momento u otro de sus vidas, la emigración como solución individual o colectiva. 

La mujer ante el matrimonio[30]

[...] el discurso femenino pone de manifiesto que las mujeres están en una situación de subversión total en lo que concierne a la pareja, reivindican una relación basada en la igualdad en el plano afectivo y económico, como único modelo conyugal viable, y se vuelcan totalmente en su construcción.

[...] La encarnizada voluntad desplegada por las mujeres para construir una pareja sólida se manifiesta, en la génesis de esa misma pareja, por el rechazo sistemático del compañero elegido por los padres. Casi todas las mujeres rechazaron el "novio" presentado por sus padres y se arrogaron el derecho de elegir a otro hombre que respondía más a sus gustos y deseos. 

Se ha de tener en cuenta que estas palabras fueron escritas como resultado de encuestas realizadas allá por los años setenta del pasado siglo.

Las mujeres, fermento activo de cambio en las sociedades magrebíes

Los extractos siguientes son del libro "Marruecos en transición"[31] y se refieren sobre todo, a aspectos demográficos relacionados con la mujer marroquí, mostrando evoluciones y tendencias similares a las de los países del área mediterránea[32].

[...] En la sociedad marroquí de hoy día, los padres casan cada vez menos las hijas en la adolescencia, ni tan siquiera en el mundo rural (a pesar del derecho de yabr, que permite que cualquier hombre pueda casar una mujer por la fuerza). Gracias a su resistencia, y ayudadas por las condiciones socioeconómicas, las mujeres han logrado posponer hasta los veintiséis años la edad media de matrimonio. A esa edad, suelen participar en la decisión y los matrimonios por amor no dejan de crecer. Además, estos comportamientos sociales afectan a toda la sociedad y no están menos extendidos en los medios populares urbanos que en la burguesía, ya que no cuestionan la preservación del capital familiar. 

Esta modernización de las costumbres en relación al matrimonio va unida a un aumento significativo del número de divorcios. [...] A principios del año 2000, casi una pareja de cada tres se divorciaba durante los cinco primeros años de matrimonio, lo que conlleva un reajuste en el seno de las parejas a pesar de las enormes dificultades de orden jurídico. Y por último, el número creciente de mujeres jóvenes que deciden vivir solas es también significativo y confirma la tendencia hacia la modernización de las costumbres, y más ampliamente de la sociedad.

De igual forma, los padres, también en el campo, se preocupan cada vez más por el destino de sus hijas. Muchos de ellos preparan en vida el reparto de sus bienes para que sus hijas no salgan perjudicadas. 

[...] Es más fácil hallar esta nueva sociabilidad en las grandes metrópolis atlánticas, donde la vida es mucho más anónima, que en los terruños natales. La presencia de decenas de miles de chicas jóvenes en las universidades les enseña comportarse al margen de la mirada de los padres hermanos, algo infrecuente entre sus antecesoras.

El drama de la calle Allal ben Abdallah de Tánger






En la segunda semana de marzo de 2006 ocurrió en Tánger un accidente de tráfico múltiple del que la prensa local se hizo un gran eco.

En este caso, tomamos los datos del conocido semanario tangerino Le Courrier du Nord, del que hice lectura habitual por los datos de la vida local que ofrecía.

La noticia indicaba que dos hombres en estado de embriaguez, atropellaron en la noche con la furgoneta que conducían a dos hombres, matando a un tercero.


En la foto, el conductor detenido por un policía (el detenido es el del jersey rojo) y su compañero (cuya cabeza con un gorro blanco asoma por detrás).

Paso la palabra al corresponsal local del semanario Le Courrier du Nord, quien tras describir los dramáticos hechos, pasaba a informar sobre la familia del fallecido:

Las familias de las víctimas, provenientes de medios muy pobres, no logran sobreponerse al golpe. Han perdieron de la noche a la mañana a sus jefes de familia y a sus únicas fuentes de ingresos.La Sra. Loubna Hamoudine, de 25 años, viuda del difunto Omar Bentayeb no acaba de creerse la muerte de su marido "Era un hombre muy dinámico[33] y se ocupaba de todos los miembros de la familia. Tenía a su cargo a su madre enferma, una septuagenaria, a sus dos hermanas, una divorciada y a la otra en edad de matrimonio, y por supuesto, a su pequeña hija de apenas dos años y a mí. Vivimos en una casa pequeña, de la que pronto se nos expulsará, ya que no vamos a poder pagar los 1.200 dhs de alquiler[34]. No puedo expresarles mi tristeza y mi inquietud con respecto al futuro de mi hija pequeña. No sé cómo voy a hacer para garantizar su escolaridad, como lo deseábamos su padre y yo", manifestó ella a LCN sin poder retener sus lágrimas.

En la foto, el marido y padre muerto en el accidente. Lo que deseamos resaltar ahora son los datos aportados por la desgraciada madre y esposa del señor muerto en el accidente. Se descubre a un hombre amado por su mujer, trabajador, que lejos de maltratar y despreciar a las mujeres, las toma a su cargo, a su madre, a sus dos hermanas, a su mujer, a su hija. Su mujer y él hacen planes para el futuro de su hija. 

Aparece también la dureza de la vida cotidiana de los trabajadores marroquíes: un solo hombre trabaja para mantener a cinco mujeres y la situación de desamparo en una sociedad sin previsión social ni trabajo para todo el mundo.

En definitiva, aquí no se percibe ningún problema de mujeres veladas, reclusión, maltratos, desprecios, poligamia, etc. sino seres que se aman, se ayudan y se sostienen mutuamente, en su lucha por el pan cotidiano, el alojamiento, la educación para los pequeños, la protección para los menos fuertes, los desamparados, los familiares más próximos. 

He aquí la otra cara, desconocida para los occidentales, de la situación de las mujeres en Marruecos. Aspectos que podrían servir de ejemplo en nuestras sociedades de pretendida "de igualdad del hombre y la mujer", aspectos de ayuda mutua, amor hacia los mayores, solidaridad familiar, etc., de los que estamos tan escasos y necesitados.

La fille de la nuit - La joven de la noche

La Depeche[35] es, como Le Courrier du Nord antes citado, una de las cuatro o cinco publicaciones semanales en francés de Tánger, dedicadas a dar cuenta de la vida local. 

En cada número viene una entrega de una novela titulada "Confidences d'une fille de la nuit" (Confidencias de una hija de la noche[36]) del gran François Bonjean (1884-1963), escritor francés afincado en Marruecos. Si bien corresponde al género de novela del corazón, es una joya literaria y describe con precisión el interior de un sistema patriarcal hoy día ya arcaico, (está ambientada en los primeros años del siglo XX, en el seno de una familia fasí) donde la concertación de matrimonios de las hijas por el padre era normal, aportando un montón de elementos que permiten descubrir cómo las jóvenes disponen de una serie de recursos para conseguir el objeto de su amor y evitar un casamiento no deseado. 

En esta novela, Malika, que narra los hechos en primera persona, hija de un matrimonio burgués de Fez, está empeñada en casarse con Sidi Abdallah Jilali, hijo de una de las familias nobles de Fez, quien la solicita en matrimonio al padre de Malika sin éxito. Se muestra con precisión todo un mundo femenino en acción, la madre deseosa de un buen partido para su hija, la hermana envidiosa del amor de su hermana, las vecinas entrometidas, etc., mientras que los hombres, el padre, el pretendiente, aunque bien definidos, aparecen más en segundo plano.

Aparece en la novela toda la riqueza de las relaciones sociales en el Marruecos de principios del siglo XX y cómo las mujeres consiguen sus propósitos enfrentándose abiertamente a las decisiones de los familiares masculinos o de los de mayor edad. 

Un amigo de Tánger

Durante mi estancia, conocí a un marroquí que tiene una floreciente empresa de muebles y decoración, hermano de mi profesor de árabe en Madrid. Haciendo gala de su amabilidad, aparte de enseñarme sus negocios, me invitó a comer en un restaurante frente a la bahía de Tánger.

En cierto momento de la conversación (que transcribo lo más exactamente posible) dijo que no entendía qué quieren las mujeres y que siempre quieren más. Y me contó el caso de un amigo marroquí soltero de unos 55 años:

Un día, mi amigo me comunicó que se iba a casar y que me invitaba a la boda. 

- Ah, muy bien, le dije, gracias por invitarme a la boda, iré con gusto. Y ¿con quién te casas? 

- Me caso con una chica de 18 años. 

Como tenemos confianza, le comenté que no estaba haciendo bien casándose con una chica de 18 años, que mejor escogiese una de 35 o 40 años. 

Al poco de casarse me dijo mi amigo que su joven esposa le había pedido que pusiera a su nombre el piso en el que vivían, pues quería estar protegida frente al futuro. Al final, ella le pidió que pusiera a su nombre los cuatro pisos del edificio, ya que todos ellos eran de mi amigo. Es un hombre que tiene una cierta posición económica, no tiene problemas económicos. 

Cuando la chica consiguió tener los cuatro pisos a su nombre, le pidió a continuación que quería tener un hijo. Es lógico que pida eso una mujer. Pero vino mi amigo a verme, ya que tenemos mucha confianza, a comentarme que cómo iba a tener un hijo[37]. 

Yo le dije:

- Deja este asunto, sepárate de ella, ahora estás a tiempo. 

Efectivamente, el amigo se separó, pero las dos familias implicadas le crearon un montón de problemas por la separación. 

Conozco a varios hombres que no están bien en su matrimonio, pero que no se separan porque tienen miedo de las complicaciones familiares que surgen después. 

Finalmente, me dijo que pensaba que la chica había estado dirigida por la madre y hermanas en su intento de consolidarse como madre y propietaria de los inmuebles.

Es decir, también las mujeres en Marruecos tienen su fuerza, su estrategia ante la vida y la relación con los hombres y estos, en consecuencia, temen enfrentarse a las mujeres. Y esto independientemente de lo que se podría decir de la censurable actuación interesada de la joven esposa y sus ambiciosas económicas.

Participación de la mujer árabe en la lucha por la independencia

Finalmente, inserto estas dos imágenes correspondientes a los años cincuenta, en los que se muestra la particiación de las mujeres en la lucha por la independencia al lado de los hombres. Creo que la primera es de Argelia y la segunda de Marruecos. En ambas, el desenfado y la espontaneidad de expresión de las dos jóvenes mujeres es evidente y muestran cómo las mujeres argelinas y marroquís, veladas o no, participaron en la lucha de liberación nacional de sus pueblos respectivos.

Y es que la participación de la mujer en los procesos revolucionarios siempre ha venido acompañada de su propia liberación como mujer.

¡Qué lejos quedan ahora esos años y cuánto más liberadas parecen estas mujeres que las de ahora! No hay duda de que desde los tiempos de la lucha por la independencia a nuestros días, la situación en estos países ha sufrido un proceso de derechización (paralelo al que ocurre en los países europeos) que ha afectado a las mujeres.

 

Y para acabar, un chiste de Forges

Aunque no es el único nivel de comentario de esta viñeta, lo que deseo resaltar ahora es la nota al margen: 

"Si esto pasa en el primer mundo, imaginemos lo que pasan las mujeres en el segundo mundo y sucesivos".

Forges refleja en sus viñetas, con su mentalidad convencional democrático-parlamentaria, todas las banalidades y consideraciones superficiales de mucha gente de hoy día. De ahí, en parte, su éxito. No hay el menor intento de trascender de las ideas del común de la gente y por supuesto, no hace más que reforzar la creencia de que hay que mantener lo existente, reformándolo, eso sí.

En la nota comentada se trasluce la opinión de los una buena parte de los occidentales de que ellos viven en el mejor de los mundos, en lo más avanzado del planeta y que todo lo demás, está por debajo. Así, la mujer occidental, sumida en una posición problemática, viene a decir: Si aquí, que es donde mejor están las mujeres, tenemos problemas, no veas cómo estarán las del resto de los países. 

Etnocentrismo (lo diferente de lo mío no es lo correcto, no es lo bueno), narcisismo (lo mío es lo bueno), visión jerárquica de las cosas (los países colocados en orden jerárquico de más a menos, según la escala de valores predominantes en Occidente), mentalidad totalitaria (sólo hay un camino de desarrollo y de constitución y de desarrollo de la sociedades, el occidental, los demás entrarán antes o después en esta línea, si quieren prosperar), tal es el lamentable estado mental de Forges y de mucha gente más.


[1] Aunque en el caso de estos países deberíamos hablar más bien de mujer islámica o musulmana.
[2] Las mujeres en las sociedades magrebíes contemporáneas. Malika Abdelaziz. Disenso nº43, abril de 2004.
[3] El árabe marroquí: aproximación sociolinguística. Bárbara Herrero Muñoz-Cobo. Universidad de Almería, 1996.
[4] Bárbara Herrero Muñoz-Cobo, especialista en sociolingüística árabe y, más concretamente, en árabe marroquí. Es autora de numerosos trabajos y une a su experiencia docente en universidades como la Autónoma de Madrid, la Universidad de Cádiz o la Universidad de Almería, a la que pertenece en la actualidad, el haber pronunciado conferencias así como realizado estancias de investigación en otras universidades (Georgetown University en Washington D.C., Universidad Central de Las Villas, Cuba).
[5] El árabe marroquí: aproximación sociolinguística, pág. 120 y siguientes.
[6] "el importante lugar ocupado por las mujeres en la forja de alianzas familiares o en el ejercicio de poderes mágicos, tales como brujería y adivinación o medicina tradicional".
[7] "la mayor parte del trabajo del mantenimiento de las relaciones sociales recae en las mujeres".
[8] Todos los textos u obras citados son de mujeres feministas.
[9] El árabe marroquí: aproximación sociolinguística, pág. 122 y siguientes.
[10] Que constituyen "the two female social arenas" a los que se refiere Rosander, E. (p 12), los principales ámbitos sociales de acción de la mujer.
[11] Corpus: el conjunto de entrevistas realizadas.
[12] Zoco, mercado
[13] El árabe marroquí: aproximación sociolinguística, pág. 136 y siguientes.
[14] Mujeres en Marruecos. Un análisis desde el parentesco y el género. Yolanda Aixelá Cabré. Edicions Bellaterra, 2000.
[15] Mujeres en Marruecos. Prólogo, pág. 17.
[16] Mujeres en Marruecos. Prólogo, pág. 30.
[17] Mujeres en Marruecos, pág. 30.
[18] Mujeres en Marruecos, pág. 31.
[19] Mujeres en Marruecos, pág. 32.
[20] Mujeres en Marruecos, pág. 37.
[21] Mujeres en Marruecos, pág. 87.
[22] Mujeres en Marruecos, pág. 101.
[23] Mujeres en Marruecos, pág. 109.
[24] Emilio de Viguera Franco. La condición de la mujer en el derecho árabe islámico. Cuadernos de Estudios Africanos, nº 8. Madrid, 1949. Págs. 77-91.
[25] Mujeres en Marruecos, pág. 93.
[26] Mujeres en Marruecos, pág. 281.
[27] Las mujeres en las sociedades magrebíes contemporáneas. Malika Abdelaziz. Disenso nº43, abril de 2004.
[28] Marruecos a través de sus mujeres. Fátima Mernissi. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 1990.
[29] Marruecos a través de sus mujeres, pág. 11 y siguientes.
[30] Marruecos a través de sus mujeres, página 22 y siguientes.
[31] Marruecos en transición. Pierre Vermeren. Almed, 2002. Granada.
[32] Marruecos en transición, pág. 164.
[33] Se supone que quiere decir "trabajador".
[34] Es decir, 120 euros.
[35] "Semanario sin tendencia política o sindical" nos informa en un recuadro.
[36] En la última página de la novela se aclara que las "confidencias" están dirigidas a "mes sœurs en l'amour", mis hermanas en el amor.
[37] Aquí, no entendí yo bien si me dijo que no podía o no quería él tener un hijo, ni el motivo.


4 comentarios:

  1. ¿Cómo comparas catolicismo e islamismo? ¿Cuáles son las principales similitudes y diferencias?

    El cristianismo, más que catolicismo, y el islam, junto con el judaísmo, son las famosas religiones monoteístas “del libro”. En realidad el cristianismo y el islam son capas superpuestas sobre la base de judaísmo, la primera religión que se ha atrevido a despedir oficialmente el panteón monoteísta. Harari, en las “21 lecciones para el siglo XXI”, afirma que las religiones monoteístas en su seno acunan el conflicto y la confrontación, debido a que si solo hay un Dios eso implica que todo lo que dicen los demás es mentira que hay que erradicar (de allí las Cruzadas, la Santa Inquisición y el yihad político islamista). Hasta allí las similitudes, a muy grandes rasgos, claro.
    El cristianismo ha construido una impresionante institución, jerarquía y lobby muy potente- la Iglesia Católica. El islam no está centralizado, no tiene un Vaticano, ni tampoco propiamente dicho, los clérigos, al menos no en su versión sunnita ya que los chiitas iranís tienen sus líderes religiosos que se atribuyen la descendencia directa del profeta (al igual que los apóstoles y papas en el cristianismo). Resumiendo, el cristianismo es una religión fuertemente jerarquizada y centralizada, mientras el islam no lo es.
    Otro rasgo diferenciador es que el cristianismo, desde la cisma, pasando por el surgimiento del protestantismo, se estaba reformando e reinventando durante siglos, con el ánimo de adaptarse en mayor o menor grado a la cambiante realidad secular. Islam en cambio, a pesar de ir evolucionando, obviamente, carece de este afán de reforma y cambio y suele apelar más a lo que es el credo y las instituciones del origen, a los fundamentos. El mundo islámico, por otra parte, es mucho más resistente, a la secularización. El rol de la religión en los países musulmanes, sigue siendo primordial, con el importante poder de jurisdicción e influencia política.

    ¿Qué entiendes por Yihad? ¿Se trata de un concepto en declive o al alza?

    El Yihad mayor en islam es algo que en cristianismo se podría equiparar con la lucha interna contra las tentaciones pecaminosas. No implica agredir a nadie. El yihad menor si es una lucha armada, ya sea en defensa propia, o tergiversada por los yihadistas- como reivindicación o conquista del territorio, proselitismo armado o puro terrorismo político. El yihad es un concepto muy mediático, casi en exclusiva asociado por los medios de comunicación masiva al terrorismo y como tal muy ampliamente difundido y publicitado. Si solo pensamos en el yihad armado y solo leemos los titulares, parece que está totalmente en boga, pero para tener una perspectiva histórica comparativa, habría que mirar la literatura seria al respecto.

    ¿Hay peligro de una “invasión islamista”, cómo alertan los populismos de derecha tipo VOX?

    El choque de civilizaciones entre la cristiana y la musulmana o la paulatina islamización del mundo occidental a través de la inmigración y conquista del territorio, son teorías ampliamente difundidas, no solo por los extremistas de derecha. De allí a un riesgo de invasión islamista hay un importante camino por recorrer. Bueno, teniendo en cuenta el poder demográfico creciente de los musulmanes y su apego a la religión, contra la demografía menguante de los occidentales y su desafección religiosa, pues es difícil de negar que islam esta objetivamente ganando fuerza, al menos en términos cuantitativos. Sin embargo, temer una invasión islámica es una fobia que los partidos de ultraderecha explotan hasta los últimos límites.

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  3. ¿Crees que la mujer en el Islam está más sometida al hombre que en otras religiones?

    Sí, pero. ¿Y cuál es el “pero”? ¿De verdad pensamos que islam es una creencia limitante malvada que siembra el virus de misoginia en la mente de quien la confiesa? Pienso que es una afirmación simplista que de alguna forma exime a los musulmanes del pensamiento moral y trato igualitario. “Es musulmán, entonces será misógino”, pensamos en automático, ciertas religiones conllevan un maltrato hacia la mujer. Y si a esto se suman las tradiciones étnicas y tribales árabes o de los pastunes, entonces ya hemos tocado el fondo. Y lo peor es que es cierto, que las mujeres en Afganistán o Arabia Saudí son seres humanos sin derechos ni autonomía, pero hasta cuándo vamos a culpar una simple creencia de esto. La religión no tiene la culpa (¿acaso es un ser consciente?) la tenemos los humanos, como sujetos morales utilizando la excusa de la religión, ideología o tradición para que nos anule el instinto moral. Y los occidentales no debemos de sentirnos mucho mejor por nuestra condición de luchar por la igualdad porque esta lucha está en una fase muy temprana. ¿Y que decimos de las sociedades asiáticas extremadamente machistas, como Japón? ¿Qué la culpa la tiene la religión sintoísta? ¿O es que hay algo casi intrínseco, casi instintivo en el ser humano que tiende a someter a la mujer, físicamente más débil, utilizando para este sometimiento sofisticados argumentos religiosos, políticos u otros constructos sociales? Profundizando en la raíz del problema de desigualdad, veremos que la religión es una cortina de humo y no problema de fondo.

    ¿Qué futuro le auguras al Islam? ¿Reforzamiento o debilitamiento? ¿Fusión, integración, fragmentación?

    El islam, a pesar de la gran revolución científica y la ola de la secularización mundial, se antoja de lejos como una imperturbable oasis del status quo. Y en este status quo, cosa que reflejaba la “Sumisión” de Huellebecq, reside su fuerza. Las disparidades económicas, culturales, lingüísticas entre países como Araba Saudí y Bangladesh, Marruecos y EUA, Indonesia e Irán, no van a propiciar fusión o integración. El mayor potencial del islam es probablemente el demográfico y si por reforzamiento entendemos radicalización, pues esta es la tendencia actual en varios países, como por ejemplo Turquía o Brunei. El islam crece, gracias a la demografía, en Europa. Sin embargo, depende de hasta cuando los hijos, nietos y bisnietos de los inmigrantes, llevaran la estigma de “otros”, por no decir “moros” en la frente. Su exitosa integración, que no quiere decir forzosamente secularización, definirá en buen grado el futuro del islam.

    ¿Cuál es la ideología de Reza Aslan?
    ¿Cómo valorarías su libro?
    ¿Cómo compararías la visión de la mujer en el Islam que da Jorge Hugo, con la que da Reza Aslan?

    Reza Islam pretende ser un historiador objetivo, pero sus convicciones se le interponen en el camino, cosa que dificulta el análisis crítico. En el libro prevalece ante todo el afán de salvar la intachable reputación del Profeta. Es un libro corto, pero pesado, con excesivos detalles históricos, pero sin una visión global ni mucho menos crítica. En el texto de Jorge Hugo tenemos justo lo contrario, es decir una visión global y crítica, apoyada en la gran experiencia y desde la óptica occidental. El elemento que nos falta sería una visión crítica y fresca desde dentro del islam. Sería una posible lectura muy interesante.

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    1. Muchísimas gracias Magda, como siempre, muy interesantes tus reflexiones!!! Fuerte abrazo!

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