La gran habilidad de los Sapiens, la que nos distingue del resto de animales, es la de ser capaces de crear y creer en realidades inventadas por nosotros mismos, mitos que nos sirven para dibujar los escenarios por donde transcurrir con una determinada finalidad colectiva.
Los mitos son poderosos y creíbles, tan profundos y pregnantes como una religión, y cuanto más nos ligan a un determinado colectivo, más fuerza logran tener. Es por eso que uno de los mitos con mayor capacidad de cohesión haya sido hasta hoy el nacionalismo, el mito primigenio de pertenencia a una tribu digna de exaltación por ser, normalmente, la mejor de todas :)
Como bien lo cuenta Yuval Harari en su libro Sapiens, la historia parece caótica cuando la vivimos, pero es claramente direccional cuando la observamos desde la distancia. La historia tiene así una flecha muy clara en dirección a la unificación de la humanidad, un proceso en el que el dinero, los imperios y las religiones han jugado un papel central, sumando y fusionando fragmentos en un proceso continuo que sigue en marcha. Como un tsunami, las estructuras parciales ceden, dando lugar a estructuras más amplias, con redes de cooperación más extensas y más y más interconexión.
En el Club de Lectura y Debate Galapagar comenzamos nuestra tercera temporada este Septiembre con Sapiens, y mientras leíamos sobre el poder de los mitos, de repente notamos como un mito enorme estaba creciendo a nuestro lado, al punto que cerramos el libro y nos quedamos boquiabiertos observando la demostración práctica más rotunda de la teoría de Harari; la eclosión del mito de la nación catalana y de su independencia.
Claro está que la regla de oro de todo mito es que nunca se haga realidad, porque ese día el mito desaparece, igual que huye la imagen cuando apagamos la pantalla. Así, los fervorosos creyentes inflaron tanto su realidad inventada que decidieron apagar la pantalla y mudarse del mito a la realidad. Y al hacerlo, se encontraron a si mismos en el escenario más angustiante y terrible al que pueden enfrentarse los Sapiens:
se encontraron con la nada, se encontraron con la muerte de un mito.
se encontraron con la nada, se encontraron con la muerte de un mito.
Agrego: el mito imaginado, aquel al que un colectivo interpela a otro poniéndolo en duda, amenazándolo, aborreciéndolo o simplemente separándose de él en pos de su ilusión (de cartón o de piedra), produce consecuencias reactivas en la escena social (propia y ajena) que en vez de generar cooperación, bienestar, salud colectiva consigue lo contrario: desintegración, aislamiento, incertidumbre. El nuevo mito (como dice Harari) necesita desmantelar un mito imaginado más amplio y más poderoso y no creo que estemos en el caso. Cito: "No hay manera de salir del orden imaginado. Cuando echamos abajo los muros de nuestra prisión y corremos hacia la libertad, en realidad corremos hacia el patio de recreo más espacioso de una prisión mayor"
ResponderEliminarMuy buena observación Claudio! Digamos que si quieres plantear un nuevo mito entonces hazlo bien, que sea amplio y espacioso, y no una pocilga infecta que por no tener no tiene ni techo ni paredes...
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