¡El 1º de Diciembre 2019 nuestro Club de Lectura y Debate Galapagar se hace global!
Ved el vídeo explicativo en nuestra nuevo dominio:
Libro: Prosperidad sin crecimiento – Economía para un planeta finito
Autor: Tim Jackson
1º Edición en inglés: 2009
1º Edición en castellano: Nov
2011
Debate 1ra mitad (Caps 1 a 6): Viernes
10 de Febrero de 2017
Debate 2da mitad (Caps 7 a 12):
Viernes 24 de Febrero de 2017
AGRADECIMIENTOS
PRÓLOGO A LA EDICIÓN EN
CASTELLANO
PRÓLOGOS (H. Daly, B. McKibben,
M. Robinson, P. Sukhdev)
1.
La prosperidad
perdida
2.
La era de la irresponsabilidad
3.
Redefinir la
prosperidad
4.
El dilema del
crecimiento
5.
El mito de la
desvinculación
6.
La “jaula de hierro”
del consumismo
7.
Keynesianismo y “New
Deal Verde”
8.
Macroeconomía
ecológica
9.
Florecimiento –
Dentro de ciertos límites
10.
Gobernanza para la
prosperidad
11.
La transición a una
economía sostenible
12.
Una prosperidad
duradera
Apéndice
1. EL proyecto de la CDS para la redefinición de la prosperidad
Apéndice
2. Hacia una macroeconomía ecológica
Bibliografía
AGRADECIMIENTOS
Tim Jackson indica que este libro se basa en un informe que escribió
en 2009 cuando era Comisario de Economía en la Comisión de Desarrollo
Sostenible, un ente oficial de asesoramiento del gobierno inglés. También que
es consecuencia de su trabajo en la Universidad de Surrey, en concreto como
director del grupo RESOLVE, un grupo de investigación sobre estilos de vida,
valores y medio ambiente.
PRÓLOGO A LA EDICIÓN EN
CASTELLANO – OCT 2011
El autor destaca el momento incómodo en que su informe llegó a manos
del equipo gobernante encabezado por Gordon Brown en 2009. Un momento en el que
todas las conversaciones giraban en torno a cómo “reactivar” el crecimiento
tras la crisis del 2007/8, y en ningún caso a ponerlo en cuestión. A pesar de
ello, el informe generó gran interés y fue el más descargado de los elaborados
por la comisión.
Tim Brown describe la situación de crisis de deuda y déficit y el
fracaso del modelo de expansión continuada, abogando como idea fundamental por
una revisión del concepto de prosperidad y de nuestros propios objetivos
vitales.
PRÓLOGOS (H. Daly, B. McKibben, M. Robinson,
P. Sukhdev)
1.- La prosperidad perdida
TJ define la prosperidad como
una visión compartida de esperanza en el futuro, de eliminación del hambre y la
falta de cobijo, el fin de la pobreza y de las injusticias, y la llegada a un
mundo seguro y en paz. TJ destaca la necesidad de disponer de un mecanismo
fiable que nos permita alcanzar la prosperidad, pero afirma que estamos
fracasando en dicha tarea.
“La visión de progreso social
basada en la continua expansión de las aspiraciones materiales es
fundamentalmente insostenible” En nuestra búsqueda de una buena vida hoy
estamos erosionando el bienestar de mañana.
La intención primordial del
libro es responder al mayor dilema de nuestra época: reconciliar nuestras
aspiraciones a una buena vida con las restricciones que un planeta finito nos
impone.
La prosperidad como crecimiento
La respuesta convencional al
dilema planteado es que con mayores ingresos lograremos vidas más ricas y una
mayor calidad de vida. Esta respuesta se basa entonces en la búsqueda de un
permanente incremento del PIB. Más PIB = más prosperidad…
Destaca también que el
crecimiento se ha distribuido de un modo completamente desigual. Un quinto de
la población mundial dispone solo de un 2% del ingreso total, mientras el 20%
más rico acapara el 74% del mismo.
La cuestión de los límites
TJ refiere 3 momentos en los
cuales se atendió al tema de los límites:
1)
Tomas
Malthus – Ensayo sobre la población, de fines del XVlll
2)
Informe
del Club de Roma – Los límites del crecimiento, de 1970
3)
El
momento actual: cambio climático + pico del petróleo + crisis económica
Mientras las previsiones de
Malthus resultaron desacertadas, las del Informe de Roma fueron muy precisas al
anticipar que la escasez de recursos comenzaría a ser evidente en las primeras
décadas del S.XXl.
Respecto al pico del petróleo
(cénit de su producción) la Agencia Internacional de la Energía lo anuncia para
el 2020. Para entonces la era del petróleo barato habrá pasado a la historia,
haciéndose cada vez más escaso y más caro.
TJ destaca que también los
alimentos y los minerales siguen una tendencia alcista de precios debido a la imparable
subida de la demanda. “ Si todos los países consumiesen los recursos al ritmo
en que lo hacen los EEUU, minerales como el cobre, el estaño, la plata, el
cromo o el zinc se agotarían en 20 años. Algunos metales raros de seguir el
ritmo actual se agotarán en una década.
El problema de la tercera fase
que vivimos hoy, no es solo la escasez de recursos, sino también el problema de
los “sumideros”: la incapacidad del planeta de asimilar los impactos
ambientales de las actividades económicas humanas, y en concreto la acumulación
de gases de efecto invernadero en la atmósfera, y su consecuencia, el cambio
climático.
El protocolo de Kioto
comprometías a las economías avanzadas a reducir los gases de efecto
invernadero en un 5% entre 1990 y 2010. La realidad es que en este período se
produjo un incremento de un 40% de estos gases… Es decir, las cosas van muy
mal. No estamos atajando el cambio climático. Para no superar un incremento de
temperatura de 2º en 2050 deberíamos reducir un 85% los niveles de emisión de
1990, pero no se está logrando, con lo cual el esfuerzo que debe hacerse cada
vez es mayor.
Más allá de los límites
Si los 9.000 millones de
habitantes del planeta tuviesen en 2050 el nivel de vida actual de las naciones
de la OCDE, haría falta para entonces una economía 15 veces mayor que la
actual.
Si consideramos que desde 1950
hasta hoy la economía ha crecido 5 veces, y en ese período se han
sobreexplotado o degradado hasta un 60% de los servicios aportados por los
ecosistemas, queda claro que el crecimiento anticipado para el futuro es
inviable por superar claramente las capacidades del propio planeta.
El modelo de constante
crecimiento llega así a su límite, y ese límite es ecológico. La respuesta a
esta situación, es apostar por una economía “desvinculada” del flujos físicos e
impactos ambientales. TJ considera que esta opción no se ha demostrado aún como
posible, por lo que es imprescindible cuestionar el crecimiento.
Vivimos un final de era:
1)
Fin del petróleo barato
2)
Aumento
constante del precio de las materias primas
3)
Degradación
del agua, el aire y el suelo
4)
Conflictos
por el uso de la tierra, de los recursos, del acceso al agua, de los derechos
de pesca y de explotación forestal
5)
Cambio
climático
Ante esta circunstancia es
inviable plantear un retorno a los negocios como es habitual.
Y es el momento de
replantearnos el concepto de prosperidad, entendiéndola como la capacidad de
desarrollarnos como seres humanos, dentro de los límites de un planeta finito.
El desafío es crear las condiciones para que esto sea posible. TJ dice que es
la tarea más urgente de nuestra época.
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